ZOMBIES POR DOQUIER

31 DE ABRIL, 2021

ZOMBIES POR DOQUIER.

EL CAMBIO Y DINÁMICA DE VIDA, y las necesidades humanas de los últimos doce meses, han arrastrado un nuevo fenómeno empresarial: el de las empresas zombies.

Comencemos por definir qué es un zombie: según Wikipedia, se refiere, en términos generales, a un ente que, de una u otra manera, puede resucitar o volver a la vida. O sea en términos prácticos es un ente que ha muerto y que puede parecer vivo, o revivir de forma espontánea.

Así que, cuando hablo de empresas zombies, me refiero a industrias enteras, profesiones, ocupaciones, oficios, o bien actividades económicas, que han sufrido después de doce meses de inactividad, baja de ventas, pérdidas significativas, o cambios en los comportamientos humanos. Estas situaciones pueden derivar en la desaparición o la muerte de la empresa, aunque ésta no haya sido formalmente anunciada.

Desde el anuncio de los cierres totales (al inicio de la pandemia), y con el paso de los semáforos nacionales, estatales o hasta comunitarios, diversas entidades o sectores han, prácticamente, desaparecido (pensemos en industrias como las del entretenimiento, convenciones, viajes de negocios, eventos sociales, conciertos, etc.), tras doce meses de inactividad. Otras industrias han sido solo parcialmente afectadas, aunque también pueden estar experimentando un proceso de morbidad no declarada.

Pensemos, por ejemplo, en industrias como la del vestido, en categotias especificas como las de vestidos de fiesta, o trajes formales, o corbatas.

Por otro lado, pensemos en contratistas del sector secundario de dichas industrias, retailers en centros comerciales que no han podido abrir sus tiendas en meses y que carecen de canales de ventas electrónicos.

Lo curioso es que no tenemos datos claros de muchos de estos cierres. En la mayoría de los casos, no se ha anunciado la muerte definitiva de estos negocios. Pero de que están zombies… no hay duda. Lo que nos debe de preocupar, incluso a quienes afortunadamente no formamos parte de dichas industrias, es que el tema de las empresas zombies se convertirá en el próximo gran problema de la economía.

Estas entidades o empresas viven entre nosotros, algunos son nuestros clientes o nuestros proveedores, pueden ser nuestros caseros, o bien otros tienen ocupado algún inmueble que les rentamos (y a quienes quizás les hemos condonado sus rentas o parte de ellas, derivado de la crisis). También puede ser que sean empresas que tienen préstamos que les será imposible pagar, o podrían ser incluso negocios de familiares o amigos (o sus lugares de trabajo). Todas estas entidades enfrentarán una realidad, en un plazo muy cercano, en la cual podrían perder su fuente de trabajo y su principal generadora de recursos.

El tema es que vivir entre zombies representa un riesgo invisible, pero altamente letal. Ellos se van descomponiendo, y a su vez pueden contaminar a empresas o industrias sanas. Estos muertos andantes pueden caer inesperadamente, sin avisar de su caída; o bien, al morir pueden arrastrar a otras entidades a la tumba junto con ellos.

Esto, desde mi punto de vista, puede representar el mayor riesgo para la economía global en el futuro próximo. Muchas empresas tendrán que reconocer su inminente situación terminal, o por lo menos su alto grado de descomposición, tarde o temprano. Tal vez lo han postergado, ya sea por paciencia, por tolerancia hacia sus proveedores, por miedo, o por otras razones. Pero como dice el dicho, “no hay tiempo que no llegue, ni plazo que no se cumpla”, y cuando se acabe la paciencia, el financiamiento, o la tolerancia de los acreedores, comenzaremos a resentir el profundo daño económico a nuestro alrededor.

Al parecer, lo que esta economía requerirá es una resurrección de los muertos, pero para ello se requiere de nuevas políticas económicas e iniciativas gubernamentales que no llegan… o bien, de apoyo divino.

Me cuesta trabajo entender el daño a la cadena de suministro, y las fibras entrelazadas de insumos, industrias, aduanas, transportes, variables que se han desconfigurado. Y más aun, me preocupa la falta de incentivos que fortalezcan y den soporte para que se sostenga de forma óptima la remuneracion necesaria para que personas y familias puedan mantener sus estilos de vida pre-COVID; y la falta de apoyos para sostener negocios de muchos años, sin que éstos tengan que disminuir sus plantas productivas. Cierro con una pregunta: ¿qué hacer ante el miedo de no saber reconocer a los zombies que nos rodean? Y respondo con lo siguiente:

1. Ser muy cautelosos de los créditos que otorgamos.

2. Estar muy pendientes de no perder al equipo de trabajo que permite que la cultura empresarial que hayamos formado se pueda sostener.

3. Estar dispuestos a cambiar -en muchos casos drásticamentede giro, si es que vemos que pertenecemos a una industria que está muriendo.

4. Mantener balances sanos, reducir deudas, capitalizar uestros negocios y hacerlos fuertes, y ser conscientes del grado máximo de pérdida que nuestro negocio es capaz de soportar.

5. No aventurarnos en deudas que no estemos seguros de poder pagar; o bien, que al pedirlas sepamos que podemos hacerle daño a quien de buena fe nos está prestando.

6. Mantenerse muy pendientes de los gastos operativos que nos pueden llevar a morir lentamente y sin darnos cuenta; como dice el dicho: “gastó sin hacer cuentas… ¡se hizo pobre sin darse cuenta!”

El mayor riesgo de la economía actual no es solo que nuestro negocio entre en un ciclo mórbido, sino que nos veamos contaminados por los zombies a nuestro alrededor, contagio que nos pudiera, repentinamente, empujar al fracaso.

Mi consejo es que, no solo estés pendiente de tus negocios, estate pendiente del negocio o industria de todos los que interfieren de forma directa o indirectamente en el tuyo, sean éstos tus clientes o no, sean tu competencia o no.